La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha vuelto al foco mediático tras pronunciarse sobre el reciente escándalo que involucra al exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, imputado por presuntos delitos de cohecho, fraude, prevaricación y tráfico de influencias. En varias entrevistas recientes, Aguirre ha expresado su satisfacción por la investigación judicial contra Montoro, reabriendo una vieja herida dentro del Partido Popular (PP) relacionada con la filtración de su declaración de la renta en 2015.

Aguirre, en declaraciones a medios como RAC1, RNE y Espejo Público, ha recordado el episodio de 2015, cuando, cuatro días antes de las elecciones municipales en las que encabezaba la lista del PP al Ayuntamiento de Madrid, se filtró su declaración de la renta de 2013. Según ella, esta filtración, que reveló ingresos de 369.000 euros como cazatalentos y 5.000 euros en juegos de azar, le costó la alcaldía por un solo escaño. «Alguien no tenía interés en que yo fuera alcaldesa», afirmó, apuntando directamente a Montoro, entonces responsable de la Agencia Tributaria, como posible orquestador de la filtración. Aguirre asegura que tenía una relación «malísima» con el exministro, con quien discrepaba en temas fiscales, y que intentó contactarlo tras el incidente, pero Montoro «no se puso al teléfono». En cambio, sí habló con el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien, según ella, «no sabía nada».

La exdirigente popular ha insistido en que las entradas a los datos fiscales en la Agencia Tributaria dejan rastro, y ha pedido al actual Ministerio de Hacienda que revele quién accedió a su información, destacando que la Agencia se comunicó con ella en cuatro ocasiones durante la campaña electoral de 2015. Aguirre también ha criticado la gestión de Montoro en el PP, afirmando que «no debería estar nunca» en el partido por sus políticas fiscales, las cuales considera contrarias al ideario liberal que ella defiende.

El caso Montoro, investigado desde 2018 por el Juzgado de Instrucción número 2 de Tarragona, señala al exministro por presuntamente utilizar su posición para beneficiar a empresas a través de su despacho, Equipo Económico, a cambio de pagos millonarios. Aguirre ha aprovechado este contexto para exigir responsabilidades, no solo a Montoro, sino también a Rajoy, aunque ha desvinculado al actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, de este escándalo. Además, ha sugerido que el caso podría ser utilizado por el PSOE como «cortina de humo» para desviar la atención de otros escándalos, como el caso Cerdán.

En resumen, las declaraciones de Aguirre reflejan un ajuste de cuentas interno en el PP, reviviendo tensiones pasadas y poniendo de manifiesto su enfrentamiento con Montoro. La expresidenta madrileña se presenta como víctima de una maniobra política que, según ella, buscaba frenar su carrera, mientras celebra que la justicia investigue al exministro, aunque insiste en que aún espera respuestas sobre quién filtró su información fiscal hace una década.